Las cortinas completan una habitación. Ayudan a controlar la luz, dan privacidad y calidez, afirman el estilo y agregan textura y color, pero si no las cuelgas correctamente podrían tener el efecto contrario.
1. Selecciona una barra de cortina que sea más ancha que la ventana, para que la tela cuelgue en ambos lados y de la sensación de que la ventana es mucho más grande.
2. Cuanto más alta esté la barra de la cortina, más alta aparecerá la ventana, así que fije la barra de la cortina más cerca del techo que de la parte superior de la ventana.
3. Deja que la cortina llegue hasta el suelo, arrastrando en suelo dará un efecto romántico, pero si prefiere una versión más práctica déjala justo antes de que toque el suelo, esto dará un precioso efecto “lifting” a nuestra ventana.


4. Si planeas cerrar las cortinas de vez en cuando, las cortinas deben tener aproximadamente entre 2 y 2,5 veces el ancho de la ventana real, para que no se vea una tela estirada al máximo.


5. Elige una tela que se adapte tanto al estilo de la habitación como a su función. Las mezclas más ligeras son más informales y filtran la luz, mientras que las telas más densas dan la sensación de ser más formales y dan más privacidad.
Ahora ya no hay excusas, tus cortinas ya no serán dos trozos de tela que cuelgan de la pared. Tus cortinas completaran la decoración y harán que cada espacio dé la sensación de hogar.
fuente: Apartment Therapy